Aun así, y por imposible que parezca, hay maneras de evitar que el trabajo termine por canibalizar nuestra vida personal. Así lo cree al menos Frank Behrendt, director de la agencia alemana de comunicación fischerAppelt, que comparte en la revista Clap 10 sabios consejos para evitar “rifirrafes” entre vida persona y vida profesional:
1. Levántese todas las mañanas con una idea muy clara en la cabeza: su trabajo no es más que una suerte de “Monopoly” para adultos. Da igual lo que haga o no haga en su trabajo. El mundo seguirá girando después de todo. Por eso, con toda la seriedad del mundo, eso sí, procure no tomarse su trabajo excesivamente en serio.
2. Tómese pequeñas pausas a lo largo de su jornada laboral. Cuando vaya en coche, por ejemplo, reemplace las llamadas telefónicas (de negocios) por los audiolibros. En los aviones deje a un lado las últimas estadísticas de ventas de su compañía y déjese atrapar por la trama de un buen “bestseller”.
3. Demuestre a sus familiares que son de verdad lo más importante para usted. Olvídese de pasar la noche fuera de casa en hotel. Coja el último vuelo disponible o un tren nocturno si es necesario para llegar a casa y pasar tiempo con los suyos. Puede parecer una “nadería”, pero desayunar con los suyos es una experiencia impagable que le dará fuerzas para comenzar con brío un nuevo día.
4. Reduzca al mínimo las cenas con sus socios y compañeros de trabajo. Apueste en su lugar por los almuerzos de trabajo. Reserve sus noches libres para ir al cine con su pareja, jugar con sus hijos o ver la televisión con sus seres queridos.
5. No tenga miedo en zambullirse de la nostalgia para rescatar momentos felices del pasado. Si lo encuentra, cómprese su juguete favorito de la infancia en eBay y colóquelo sobre su mesa de trabajo. Ese juguete le ayudará probablemente a hacer más liviana esa teleconferencia que tanto teme.
6. Llame de vez de cuando de manera espontánea a antiguos (y queridos) compañeros de trabajo para saber cómo les van las cosas. Hablar con ellos y recordar divertidas anécdotas del pasado serán sus aliados para despejar del horizonte los nubarrones del día más gris.
7. Vaya a almorzar con gente que no tiene a primera vista ninguna relevancia en términos de negocio. Conversar, por ejemplo, con los becarios a su cargo sobre sus “youtubers” favoritos puede ser más revelador para usted que cualquier almuerzo con el director de cuentas más importante del mundo.
8. Borre las notificaciones de ausencia de su email. Cuando regrese de sus vacaciones y vea su bandeja de entrada a rebosar, se estresará probablemente más que si decide “desconectar sin desconectar del todo” durante sus días de asueto. Revisar su email un par de veces al día mientras disfruta del sol bajo las palmeras no supone, al fin y al cabo, ningún esfuerzo.
9. Aléjese del “bombardeo” de información de las redes sociales. Apueste por la comunicación cara a cara y no por Facebook para estar al tanto de las novedades en la vida de sus empleados y compañeros de trabajo. Y de paso, mientras se pone al día con sus vidas, no desaproveche la ocasión de elogiarles (cuando se lo merezcan).
10. Ame a su familia, a sus amigos, a la vida y a sí mismo, pero nunca a su trabajo.
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