Cuando hace años empecé a compartir mis hábitos productivos con otras personas, había una gran necesidad de aprender nuevas formas de hacer las cosas y organizarse. Lo ví primero por mi propia experiencia (como persona, profesional, emprendedor y gestor de equipos), y luego por el contacto con otras empresas y equipos con los que trabajaba. Hoy, tras diez años “enseñando Productividad”, esa necesidad ha crecido de un modo inimaginable.
En esta década comprometido con la formación he estado con más de 30.000 personas, he impartido más de 260 seminarios, charlas y talleres, y compartido miles de horas con profesionales y equipos de trabajo. Y en todo ese increíble viaje he aprendido mucho de todos. En concreto hay una serie de puntos (reflexiones) que me gustaría compartir contigo…
1Cada vez hay más necesidad de estos hábitos y fórmulas
Aprender, desarrollar y afinar tus habilidades productivas es algo ya vital por una razón: mientras que el trabajo cada vez es más complicado (y se seguirá complicando más), nosotros nos empeñamos en seguir trabajando igual. La mayoría de los profesionales y equipos siguen aferrados a su forma “de siempre” de hacer las cosas. Y eso valía para una época o para determinadas circunstancias, pero no para ahora y mucho menos para lo que viene. El trabajo es algo muy muy cambiante, con montones de piezas móviles… Saber (querer) actualizar tu Sistema Operativo Personal es algo innegociable.
2La causa de los malos hábitos es que no hay hábitos
Esto es muy muy habitual: tienes un mánager y un equipo de profesionales capaces de conseguir grandes cosas… pero no trabajan coordinados ni se saben compenetran porque no hay hábitos ni personales ni colectivos. Muchos siguen creyendo que trabajar es sencillamente fijar un objetivo y “darle duro”. Suerte con eso. Invierte primero en hábitos personales, crea además una cultura de hábitos compartidos, y luego entonces podremos ponernos a perseguir resultados.
3Hay más ganas de cambiar que de empezar a hacerlo
Bien porque lo pasan mal y quieren mejorar, o bien porque quieren subir de nivel y hacer las cosas de forma diferente, muchas personas saben-y-quieren cambiar. Ahora, al día siguiente hacen lo de siempre: lo primero que hacen es abrir el Correo y volver a meterse en esa “Rueda de hamster” de la que es imposible salir cuando no haces ni un mínimo cambio. Sí, es un contrasentido pero los humanos somos así.
4Es imprescindible un plan con un calendario de cambios
Yo suelo decir: «Todo el mundo puede cambiar, pero no todo el mundo sabe hacerlo». En Productividad y Efectividad Personal debes pensar en grande pero ejecutar en pequeño. Puedes llegar a conseguir una auténtica revolución personal y profesional, como hice yo. Pero debes hacerla con tiempo, paciencia, con intención y las ideas claras, y sobre todo de forma progresiva. Sin forzar. Con un plan. Como si fuera un proyecto de trabajo que vas a ejecutar con fases, plazos y fechas.
5Casi nadie evalúa y analiza cómo hace las cosas
«¿Cómo son mis hábitos de organización? ¿Por qué empiezo el día por el Correo? ¿Por qué regalo el tiempo de mi Calendario así? ¿Dónde tiro mi tiempo?¿Qué voy a hacer mañana para mejorar eso?» Muy pocas personas practican el imprescindible hábito de mirar hacia atrás, analizar, detectar y corregir. Y así es MUY difícil mejorar si no sabes qué haces mal. Pero no, nada de revisiones ni auditorías personales. La solución siempre es: trabajar más y más duro (???????).
6Hay un gran desconocimiento de las herramientas básicas
En su ordenador y dispositivos una persona maneja principalmente 4-5 aplicaciones al día (correo, calendario, navegador, textos…). Al cabo del año pasa cientos o miles de horas con ellas, y en el fondo depende de ellas para hacer su trabajo (hacerlo bien, hacerlo antes). La mayoría de la gente sabe utilizarlas “lo justito”, pero nada de funciones medias o avanzadas. Y ahí viene el problema: ese deseconocimiento supone una ineficiencia que se traduce en micropérdidas de tiempo constantes. Al final del año hablamos de cantidades ingentes de tiempo y esfuerzo desperdiciados. Es una pasada.
7La Productividad Personal es una planta que hay que regar
Muchas personas tienen necesidad y ganas, tienen las ideas claras y un plan, y se lanzan a ello con criterio y paciencia. Pasan los días y consiguen empezar a cambiar. Logran resultados. Incluso grandes resultados. Pero, mientras contemplan lo bonita y fuerte que crece es esa planta, se olvidan que hay que regarla: revisiones, volver a detectar puntos débiles, identificar oportunidades, desarrollar un nuevo hábito, incorporar alguna fórmula de organización… No todo va de sumar cosas nuevas, pero tampoco te puedes quedar quieto y limitarte a repetir lo que ha funcionado hasta ahora.
Ojalá dentro de otros diez años tenga la oportunidad de volver a compartir estas cosas contigo, y que además te diga que el panorama ha cambiado. No tengo duda. Ese es mi objetivo, mi motivación, y por eso trabajo cada día. ¡A por ello!
Un artículo publicado en ThinkWasabi
Un artículo publicado en ThinkWasabi
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