El objetivo de cualquier empresa, de cualquier negocio, es permitir a su dueño obtener beneficios, ganar dinero. En eso creo que estamos todos de acuerdo.
Ese objetivo puede conseguirse o no, evidentemente. Si lo conseguimos, ¿en qué gastamos el dinero que obtenemos, cómo lo organizamos, en qué lo empleamos? La pregunta concreta y más directa podría ser: ¿se nos pierde por el camino o lo utilizamos para generar cosas productivas?
Muchos maestros, entre ellos T. Harv Eker, recomiendan hacer diferentes cestas o apartados para, por un lado disfrutar de lo que ganamos, y por otro invertir lo obtenido en poder seguir produciendo más.
¿De qué manera podemos organizar, en consecuencia, los beneficios que nos reporte nuestra actividad? Una propuesta es la siguiente:
# 1 Ahorro. Ahorrar es importante. Todos los sabemos, aunque no siempre lo hagamos. El primer apartado, en consecuencia, consistiría en un porcentaje de lo ganado para previsión de posibles problemas o dificultades futuras.
# 2 Subsistencia. Hay que comer, vestir, pagar la luz, el agua… Nuestra siguiente partida iría destinada a sufragar esos gastos.
# 3 Caprichos. Una parte de lo obtenido puede también destinarse a proporcionarnos algún lujo, pequeño o grande, en proporción a lo ganado. Siempre en proporción, esto es importante.
# 4 Crecimiento del negocio que tenemos. Un negocio puede dar de sí mucho más de lo que ya ofrece. Puede crecer, ampliarse y proporcionar constantes y crecientes beneficios. ¿Por qué no dedicar, por tanto, una parte de lo ganado en hacerlo crecer? Mejoras de las instalaciones, nuevos canales, nuevos productos, investigación y desarrollo…
# 5 Formación. Siempre hay que continuar aprendiendo, y máxime en la era actual de la información, donde todo cambia constantemente y necesita adaptarse a nuevos formatos, nuevos descubrimientos… Formarse, por tanto, es imprescindible no solo para avanzar sino, simplemente, para sobrevivir. Una parte de nuestros beneficios debería ir destinada a este apartado.
# 6 Inversión en nuevas fuentes de ingresos. Ya comentamos en este mismo portal la semana pasada que el dinero se puede poner a trabajar para que produzca más dinero. Con una parte del remanente que obtengamos de beneficios podemos generar más ingresos invirtiendo en diferentes activos. Consulta el artículo mencionado para comprobar cinco formas concretas.
Organizar nuestras finanzas de esta forma supone por tanto una estupenda estrategia que nos puede aportar orden y seguridad, lo cual a su vez aporta claridad y resultados. Igualmente es una cuestión de psicología y actitud personal que nos servirá para progresar y crecer. En definitiva, para acercarnos al éxito.
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