La costumbre nos lleva a que la crítica sea la protagonista en una relación compra-venta. De hecho, en una tienda física lo primero que vemos en un mostrador es el famoso libro de reclamaciones. Sin ningún espacio para valorar de manera positiva el trato recibido.
Sabemos que están las redes sociales pero una vez que llegamos a casa, es fácil olvidar pinchar en las cinco estrellas de la red social en la que esté presente el comercio. Y esa persona que ha convertido el proceso de compra en una experiencia gratificante que te hará volver como cliente se queda sin su incentivo. ¿Por qué deberían ser valoradas Alba o Esther o Jaime?
Felicitar a un vendedor tiene su recompensa
En algunas tiendas se ha expandido el uso de tabletas donde poder dejar constancia de la satisfacción en el establecimiento. Es una buena idea pero al igual que hicieron su aparición en algunos locales han desaparecido.
Por lo tanto, es cuando entra en acción el responsable de estos trabajadores. Esa manida y desagradable frase de: "Si te vas hay cien que pueden ocupar tu puesto" no siempre es cierto. Sobre todo, en un área tan específica como la venta. Pueden haber 99 personas fuera, pero sin ninguna preparación ni gusto por la venta o el trato con el público.
1.Lo has hecho muy bien, es fácil de decir.
Hay un dicho que sentencia: "No hacer caso de los halagos ni de los insultos te hará ser feliz". Puede que en lo personal ayude, pero en el terreno profesional, decir a tu empleado que lo ha hecho bien, no debe ser un esfuerzo sino una forma de recompensar su labor, además de la parte económica.
2.Conocer qué hace bien el vendedor.
Sin buenos vendedores los comercios se van a pique. No importa la decoración, los precios, ni el renombre de la franquicia de turno. Un cliente que es atendido por un mal vendedor no vuelve. Pero si ocurre lo contrario, ¿sabe el responsable en qué es bueno su trabajador?
Debería, porque es el que consigue que el cliente regrese y no por la calidad de los productos, que también, sino por su forma de dirigirse, el buen trato, el conocimiento que tiene de lo que vende. Un buen vendedor es sinónimo de ventas, sencillo sí pero pocas veces reconocido.
3.Cuando el vendedor hace más por la empresa que las redes sociales.
El marketing es magia y un bastante de realismo. Con la cantidad de lugares donde podemos comprar: A través de Internet, mediante aplicaciones, etcétera. Que un cliente decida apostar por el comercio tradicional o el contacto directo con un buen vendedor y que se traduzca en una venta, no sólo debería ser elogiado sino reconocido por el mérito que tiene.
4.Valorar a quien te ayuda a mejorar las ventas.
¿Cómo se puede tratar por igual a un vendedor que espanta a la clientela que a otro que la retiene y logra que salgan con una sonrisa?
No se trata de emplear frases huecas o de dar una palmada. Tratar a una persona que se desvive por la empresa, como alguien valioso y a quien respetamos y agradecemos su trabajo debería ser lo normal.
5.Salario emocional.
Cuando se pierde el miedo a felicitar por el trabajo bien hecho. Y se aprende a ponerse en los zapatos del otro, como jefes no sólo estamos siendo justos sino que estamos dando y dándonos una lección de humildad. Un superior no está sólo para destacar los aspectos negativos y para las críticas.
6.El reconocimiento va de la mano de una mejora en el trabajo.
Pasan los días y los meses. Y un vendedor que hace bien su trabajo no ve que éste sea reconocido. Puede que por su talante siga desempeñando su labor con excelencia pero cabe la posibilidad de que la desmotivación aparezca. El sueldo no es lo mejor del mundo, apenas tengo trato con mis superiores y no saben lo mucho que me esfuerzo en mi día a día. ¿Merece la pena seguir aquí?
El reconocimiento a tiempo, puede además de servir como motivación también para aumentar el grado de compromiso del trabajador con la empresa.
7.Pagar a tiempo.
Las palabras son hermosas, pero todos tenemos necesidades que cubrir y si el jefe ha de pagar facturas o quiere permitirse algún capricho, el trabajador también que para eso está al pie del cañón formando parte de un engranaje para que la empresa funcione.
El salario emocional es fundamental pero una manera de perder a un buen vendedor es pagar tarde, mal o nunca.
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