miércoles, 26 de septiembre de 2018

7 habilidades profesionales que no caerán en las garras de la automatización

El cambio tecnológico está afectando a todo el mundo. Pero, ante el auge de la automatización, muchos trabajadores se han dado cuenta de que sus puestos de trabajo están en peligro. Una realidad desagradable que hay que aceptar y a la que deben mirar especialmente los más jóvenes.
Para los estudiantes, observar el panorama laboral es muchas veces desalentador. Los cambios son tan rápidos y pasan tan desapercibidos que para ellos conseguir un futuro parece una carrera de obstáculos. Pero hay siete habilidades clave que no podrán caer en las garras de la automatización. No importa el puesto de trabajo en el que se utilicen, siempre serán útiles, como señala Hbr.org.

1- La comunicación
Actualmente, los adultos estadounidenses gastan una media de 12 horas diarias en los medios. Ante esta realidad creciente, la comunicación se ha vuelto esencial para poder pasar a la acción. Y la parte más básica de la comunicación es poder generar una historia coherente y llamativa.
En la comunicación efectiva, la historia y los hechos se mezclan con la retórica para poder conectar con las emociones de la audiencia. Unas conexiones emocionales difícilmente conseguibles por un robot.
2- Contenido
Pero claro, para comunicar bien hay que tener algo interesante que decir. Poder ofrecer información significativa, profunda y analizada, además de bien servida, es una habilidad que los robots probablemente no lleguen a dominar del todo.
Es la habilidad de combinar la experiencia con la posibilidad de impulsar el conocimiento lo que mantendrá a los profesionales de carne y hueso a salvo de las máquinas.
3- Contexto
Los sistemas de automatización son, normalmente, bastante malos reconociendo el contexto. Un problema que resuena incluso en los sistemas de inteligencia artificial más completos e innovadores del momento.
Por ello, entender el contexto, el modelo de negocio, la competición y el liderazgo hace que se lleve el contenido a un nuevo nivel. Demostrar un entendimiento profundo del contexto demuestra una mentalidad de negocio dinámica muy complicada de automatizar.
4- Competencias emocionales
Incluso los sistemas más avanzados tienen dificultades a la hora de comprender las emociones de los humanos, así como las que se perciben en una reunión o en una organización. Y, como ya señalaba el neurocientífico Antonio Damasio, es la emoción la que impulsa la acción.
Pero la competencia emocional básica debe impulsarse al máximo. En el nivel más alto, esta habilidad permite persuadir a individuos y grupos para que evoquen ciertas emociones, además de reconocer cuándo se está causando una mala impresión.
5- Enseñar
Las máquinas han contribuido a la mejora de la calidad y la accesibilidad de la educación. Pero en las compañías, el aprendizaje requiere un entendimiento del contexto. Por ejemplo, Ben Horowitz, que fue director de gestión de producto en Netscape, se dio cuenta de que parte de su equipo se sentía saturado y sus esfuerzos por evangelizar su producto estaban cayendo en saco roto. Entonces, escribió un documento para entrenar a su equipo y los resultados fueron sorprendentes.
Por ello es tan importante poder identificar lo que falla en el equipo humano y trabajar personalmente con cada uno de ellos para mejorar. ¿Qué sistema de automatización podría hacer algo similar?
6- Conexiones
Las conexiones humanas tienen una enorme importancia. Aunque, aparentemente, las redes sociales han facilitado su creación, no hay que olvidar la llamada paradoja del amigo. De media, los amigos suelen tener más amigos que uno mismo. Pocas personas tienen muchísimas conexiones. Intentar ser la persona que lo conecta todo es clave.
7- Ética
Con el auge de la automatización, cada vez más compañías se han dado cuenta de la importancia de la ética y la moral. La moralidad no es algo fácil de encapsular en un algoritmo, por lo que muchos de estos sistemas se equivocan cuando tratan de tomar decisiones éticas. Este es el principal motivo de que tanta gente sienta pavor ante el desarrollo de los vehículos automáticos.
Los líderes del futuro no solo reconocerán los problemas éticos, también intentarán ofrecer la mejor solución a los mismos (cosa que para los humanos también es complicado en muchas ocasiones). Un mundo cada vez más dominado por las máquinas requiere más que nunca de una brújula de moralidad que recalque la importancia de los valores.
Ahora bien, probablemente sean los propios robots quienes ayuden a los humanos a desarrollar todas estas actividades. Pero será un humano quien las posea.

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