Una reciente investigación realizada la consultora Deloitte revela que existen siete poderosas fuerzas disruptoras que modificarán para siempre el trabajo tal como lo conocemos, implicando grandes cambios en el tejido empresarial. Para acometer la transformación digital, líderes y trabajadores deberán cambiar la mentalidad, rediseñar la estructura de las organizaciones y adoptar a su favor la tecnología innovadora que les permita adaptarse a un mercado cada vez más vertiginoso y cambiante. Un informe reciente publicado por Deloitte explora el punto de vista que los altos ejecutivos tienen en torno a la industria 4.0, el cambio asociado con la automatización y las tecnologías digitales.
Según revela el documento, los líderes empresariales no están seguros de tener el talento adecuado para tener éxito en esta nueva era de avance tecnológico: únicamente uno de cada cuatro confía mucho en que su fuerza de trabajo tenga las habilidades necesarias para el futuro. Sin embargo, el 86% de los altos mandos piensan que están haciendo todo lo posible para formar la mano de obra adecuada, pero en contrapartida, menos del 20% de los líderes empresariales consideran que el talento y los problemas de recursos humanos sean una prioridad.
Deloitte ha identificado siete fuerzas disruptivas que modificarán para siempre el mercado del empleo, donde el 57% de todos los trabajos existentes serán automatizados en mayor o menor grado durante el próximo lustro, especialmente en el Sudeste Asiático pero también en numerosas economías desarrolladas. En Singapur, por ejemplo, se espera que la automatización del lugar de trabajo se duplique en los próximos tres años.
Cabe destacar que la probabilidad de que una profesión entera desaparezca debido a la automatización es muy baja, sino que se automatizarán diversas tareas, esencialmente aquellas más mecánicas y repetitivas. El talento humano trabajará codo con codo junto con la Inteligencia Artificial, el aprendizaje automático, el procesamiento del lenguaje natural o el Big Data.
Deloitte ha identificado fuerzas que lo revolucionarán todo: la expansión tecnológica, las innovaciones como la IA, la computación cuántica o la llegada de los robots, el tsunami y la importancia de los datos, el cambio generacional, los cambios en la naturaleza de cada puesto, la automatización o el auge del trabajo descentralizado y freelance. Los modelos tradicionales de captación y retención de talento se quedarán obsoletos, requiriendo un nuevo equilibrio entre humanos y máquinas para complementarse de forma mutua.
La fuerza laboral estará cada vez más descentralizada, aumentando el conjunto de freelance, autónomos y trabajadores remotos. De hecho, Deloitte indica que las empresas que respondieron a su informe Tendencias mundiales de capital humano de 2018 indicaron que solo el 42% de su fuerza de trabajo está compuesto por empleados asalariados. Los millennials encarnarán esta tendencia caracterizada por una mayor flexibilidad y movilidad laborales. Solamente en Asia, casi el 60% de la población activa pertenece al segmento millennial.
Por otra parte, la vida media de una habilidad ha disminuido de 30 años a un promedio de 6 años. La educación tradicional deberá recibir un nuevo pulo, requiriendo un reciclaje constante y aprendizaje permanente en el seno de cualquier empresa. Los gobiernos y los responsables de la formulación de políticas deberán sentar las bases de este nuevo paradigma, desarrollando estándares que permitan y aceleren las oportunidades futuras de trabajo e impulsando nuevas alternativas de formación. Y como toda renovación, el cambio no se entenderá sin aparejar una transformación de la mentalidad colectiva para comprender los desafíos y aceptar nuevos retos.
Fuente | World Economic Forum
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