jueves, 7 de mayo de 2015

Cuanto más hablas, más productivo eres

El pasado domingo, Manuel Toharia, divulgador científico de prestigio en nuestro país, reflexionaba sobre una noticia: una empresa emergente estadounidense, habría comprobado que las relaciones sociales en el lugar de trabajo, incrementan la productividad.
Hasta ahora, sólo se habían empleado encuestas,pero este trabajo se ha publicado en diversas revistas científicas. De hecho, los miembros de Humanyze, la empresa que ha comprobado estos hechos, son tres doctores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y uno de Aalto University en Finlandia.
El resumen sería: cuando un trabajador habla más con sus compañeros, esas conversaciones repercuten en su labor, y en su productividad. Al hablar, se rebaja su nivel de estrés al compartir problemas, y además de conseguir un momento de relajación, puede exponer dudas en el desempeño de su trabajo, problemas... y mejorar al escuchar cómo los afrontan los demás.
Humanyze se dedica a medir las interacciones entre los empleados para detectar los movimientos de los más eficientes: cuántas veces se levantan de su sitio, qué tono utilizan al hablar por teléfono con los clientes o en qué momentos del día hablan con otros colegas de la oficina sobre cuestiones personales o laborales.
¿Intromisión en la intimidad del trabajador? El empleado ha de dar su consentimiento, y son empresas conscientes de lo duro que es el trabajo que se realiza (como las centralistas) las que buscan generar un clima más agradable.
Las cifras demuestran que los trabajadores que conversan con sus compañeros, muestran un nivel de estrés más bajo que quienes no lo hacen. Compartir los problemas, ayuda, tranquiliza y genera más confianza.
Con este tipo de estudios, también se observa el comportamiento en las reuniones. Donde los altos cargos suelen monopolizar la conversación, sin dar cabida a opiniones ni ideas de los demás. Es curioso cómo varía la percepción de quien tiene la palabra todo el tiempo de la de los demás, que la sufren.
Obviamente este tipo de estudios sólo pueden ser encargados por empresas dispuestas a innovar, a mejorar la productividad y ante todo, con una predisposición a la crítica constructiva por parte de un tercero.

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