Toca alojarse en un hotel y toca trabajar en la habitación. ¿Cómo hacer que ese tiempo cunda lo mismo que en casa o la oficina? En los últimos años, además de alojarme en decenas y decenas de hoteles, he tenido que aprender a trabajar en ellos. Déjame compartir contigo algunas sencillas ideas para hacerlo mejor.
Cuando por trabajo uno viaja a una ciudad y se aloja en un hotel, no va pensando en él como un “centro de trabajo”. Al fin y al cabo, allí vamos a otras cosas. Además la rutina siempre es muy parecida: te levantas, bajas a desayunar, recoges tus cosas, y te vas durante todo el día a trabajar (reuniones, cursos, consultoría…). Regresas a última hora con cara cansada y con unas enormes ganas de darte una ducha.
Pero además de lo que te haya llevado allí, al final siempre te toca hacer otras cosas en el hotel: tareas que surgen, procesar el Email, encargos que te piden justo en la ciudad que visitas, cosas que no has podido adelantar antes de irte, etc. Así que toca trabajar en la habitación del hotel. ¿Cómo hacerlo bien?
1Mejor trabaja al principio
Como sabes, siempre recomiendo exprimir la primera hora del día para hacer el trabajo más importante. Cuando me alojo en un hotel hago exactamente lo mismo. Y en este caso por dos razones importantes:
- A primerísima hora hay menos ruido (la mayoría de la gente suele dormir hasta las 7-7:30 AM).
- Si lo dejo para el final de la jornada, cuando regrese, estaré mucho más cansado. Así que me costará más o, peor, lo terminaré por posponer para otro momento.
Me levanto, bebo uno o dos vasos de agua, me aseo ligeramente (dejo la ducha para antes de salir de la habitación), abro el portátil, pongo una banda sonora suave y me lanzo a hacer según el plan que decidí ayer.
2Sigue tus rutinas de siempre
Muchas personas fallan al trabajar en un hotel porque cambian sus rutinas de trabajo. Te has levantado en una cama ajena y extraña, sí. Pero eso no significa que tengas que cambiar la forma en la que haces las cosas. Repite tus rutinas como si estuvieras en casa o en la oficina: intenta hacerlo igual (o asemejarlo todo lo que puedas) y será una invitación a tu mente para que se ponga en modo productivo. Justo lo que necesitas.
Por el contrario, si cambias por completo tus rituales o intentas probar cosas nuevas en esas circunstancias, terminarás por descentrarte, estarás descolocado, y es muy posible que des vueltas y más vueltas a tus cosas pero sin empezar ninguna.
3Organiza tu zona de trabajo
Durante un día o varios, esa mesa bajo el espejo va a ser tu zona de trabajo. Tal cual. Hazla tuya: limpia, aparta y dispón los elementos como mejor te convenga. Aparta vasos, mando a distancia, bolígrafos, libretas, folletos, carpetas con documentación de bienvenida… Todo eso está bien para la habitación, y aunque todo esté bien ordenadito, son cosas que no necesitas en tu “despacho”. Al final, lo que necesitas es crear un contexto de trabajo donde puedas hacer, crear, avanzar, solucionar…
Truco: si no quieres que al día siguiente las personas de limpieza lo vuelvan a ordenar desordenar, déjales una nota explicativa.
4Ten un Plan B si falla la WiFi
Ahora que por fin se puede encontrar WiFi gratis en casi cualquier hotel, es hora de afrontar otro problema: la mayoría funcionan como el culo. Seguramente por saturación, la lentitud es tal, que aunque no pagues por esa conexión, es como si no la tuvieras. Si tienes que descargar un archivo voluminoso, o subirlo a tu disco duro en la nube, puede ser literalmente imposible trabajar.
En juego está que puedas trabajar y avanzar en tus proyectos, así que no te confíes. Viaja con un plan B para tener siempre conexión. En bastantes ocasiones me he visto a mí mismo desconectándome de la red del hotel, para hacerlo vía tethering con mi teléfono. Sobre todo en grandes ciudades con 4G se nota la diferencia. Enorme.
5Aíslate de los ruídos
Decía antes que a primerísima hora del día hay menos ruído. Y es verdad. Pero a veces te toca un vecino ruidoso o, simplemente, tienes que trabajar a otra hora del día donde hay más actividad a tu alrededor. En hotel o no, sigues dependiendo de tus ideas y tu concentración para avanzar en tus proyectos.
Yo siempre viajo con dos cosas que me ayudan a aislarme del ruído externo: 1) Auriculares con cancelación de ruido; 2) tapones para los oídos.
Para trabajar utilizo unos maravillosos auriculares Bose (por cierto, la mejor inversión de los últimos años). Y los tapones los llevo, no tanto para trabajar si hay ruído, como para dormir si hay ruído. Y descansar bien de noche, como bien sabes, es parte del trabajo del día siguiente.
Huelga decir la importancia de silenciar el móvil y ponerlo boca abajo. Ya que en la habitación del hotel no vas a sufrir otras distracciones e interrupciones que igual tienes en casa o la oficina, no la vayas a fastidiar ahora distrayéndote con tu móvil o tableta.
6Elige bien tu equipamiento
Cables, cargadores, gadgets… A veces cargamos con muchas cosas que apenas utilizamos, pero se nos olvidan cosas que sí necesitamos o vienen bien para la oficina móvil.
Yo tengo una pequeña “checklist” que reviso antes de viajar, y que me permite tener todo lo que necesito cuando lo necesito. Cosas como por ejemplo un cable lo suficientemente largo para conectar el portátil. Porque en las habitaciones de hotel los enchufes no siempre están donde debieran, y a veces te obligan a trabajar en un rincón donde no es cómodo.
7Estudia tu agenda-plan el día antes
Apuntaba anteriormente que la primerísima hora es un buen momento para hacer cosas. Pero no el único. Si siempre es fundamental revisar el calendario-agenda del día siguiente, cuando vas de hoteles más. ¿Por qué? Porque a lo mejor mañana tienes un hueco para volver al hotel (comida/siesta), o vas a tener algún momento de inactividad a lo largo de la jornada, o un espacio entre reunión y reunión, o algo similar.
Es importante localizar los huecos en los que puedes trabajar… O en los que vas a descansar, pasear o correr por un parque cercano, o bajar al gimnasio del hotel a ejercitarte un poco. Si cuando estás en casa haces todo eso, ¿por qué no hacerlo igual en el hotel?
Trabajar en un hotel, en un avión o tren, en una estación o aeropuerto… Si gracias a los portátiles y tabletas podemos trabajar igual que en casa o la oficina, ¿por qué no hacer lo mismo con tus rutinas y rituales productivos? Los Hábitos, como siempre, lo son todo.
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