7 claves para escribir mejores emails a puerta fría

Si no dominas con maestría el arte de redactar correos electrónicos a puerta fría, te enseñamos a mejorar su escritura y a llegar a tus clientes y colaboradores potenciales con cold emails de la mejor calidad. Los cold emails, emails fríos o emails a puerta fría son correos electrónicos enviados a clientes potenciales que no han contactado contigo para pedirte información previa. 

Si tenemos en cuenta que un empleado de oficina promedio recibe cerca de 120 correos electrónicos diarios, este tipo de práctica requiere que te pongas en los zapatos del target destinatario de tus mensajes e intentes redactar de forma atractiva, mejorar tus índices de conversión y no parecer impersonal, agresivo o pesado en la promoción de tu marca, búsqueda de colaboraciones o venta de productos.

Algunos de los motivos por los que puede fracasar tu estrategia de emailing a puerta fría es que los correos electrónicos sean demasiado largos, no destaquen, tengan un asunto poco atractivo, parezcan elaborados por un robot, te excedas abusando de los campos personalizados o el tono sea demasiado distante o impertinente, impregnado de un sentido del humor equivocado. A continuación encontrarás algunas pequeñas claves para mejorar en el arte de escribir correos electrónicos a puerta fría. Recuerda escoger la herramienta -MailChimp, ActiveCampaign, Drip, etc-, preparar el material gráfico y ponte manos a la obra.

7 claves para acertar en el emailing a puerta fría o la redacción de cold emails

• Determina previamente el objetivo de tu correo: La redacción, el asunto, la estructura o las imágenes estarán supeditadas a tu meta, que puede ser la venta de un producto o servicio, la publicidad de una suscripción gratuita, la obtención de feedback, el sondeo de un nuevo lanzamiento, etc…
• Describe a tu destinatario: ¿A quién le escribes? No es lo mismo dirigirte a altos cargos de una empresa que al público millennial, a proveedores o a clientes finales. Recopila todas las características del target al que te diriges -edad, nivel adquisitivo, costumbres, ubicación, hábitos de compra y consumo- para poder adaptar el tono y el texto a sus necesidades y preferencias.
• Personaliza al máximo el contenido: Para ello, imagina que tú mismo eres el destinatario. Intenta diferenciarte, llamar la atención de forma inteligente y dirigirte a tu potencial lector de forma cercana, empleando recursos como el storytelling, el neuromarketing o el marketing emocional y siendo claro, sin optar por un tono excesivamente comercial o promocional, sino humano y narrativo. 
• Ve al grano: El emailing a puerta fría exige concisión, honestidad y claridad, no párrafos interminables relatando las bondades de tu producto o servicio. Céntrate en cómo mejorarás la vida de tu destinatario y qué necesidades suyas serás capaz de cubrir. Aporta valor en poco espacio y atrapa al usuario con preguntas, sorpresas, listas y soluciones. 
• Dedica tiempo a lograr un asunto con gancho: El asunto es la llave que abre la puerta del email y puede ayudarte a tocar el éxito, ya sea que el usuario pinche en el link, lea el email completo o compre un servicio producto. Algunos consejos son crear sentimiento de urgencia, incluir números, incluir el nombre de la persona en el asunto del email, redactar un asunto cuyo predicado continúe en el cuerpo del texto o abogar por una pregunta impactante. 
• Cierra con un CTA: Los call-to-action son imprescindibles para redigirir al cliente al lugar que tienes como principal objetivo. Para ello, incluye un botón, imagen con hipervínculo o enlace al final del cuerpo de texto, que puede conducir a tu landing page, a la descarga de un ebook, a un formulario de contacto, a un producto o servicio concreto, etc….
• Envíalo en un momento óptimo: Los especialistas en marketing de contenidos realizan pruebas para conocer cuál es el mejor momento para enviar un correo electrónico a puerta fría: descubre el mejor día de la semana, franja del día y hora, y no olvides el seguimiento posterior para optimizar tus resultados. 

Un artículo escrito por Andrea Núñez-Torrón Stock y, recibido vía: Vallebro.com