Los jefes, que se las ingenian a veces para concitar el odio de gran parte de sus empleados, tienen mucha responsabilidad sobre sus espaldas y gestionar esa enorme responsabilidad sin avasallar y tiranizar a las personas a su cargo es más difícil de lo que parece.
Un gran jefe (ese que tan escaso parece en el universo empresarial) se caracteriza por las 16 cualidades que desmenuza a continuación Inc.:
1. Escucha con suma atención a sus empleados (y no finge simplemente que escucha).
2. Delega en sus empleados nuevas tareas y también la autoridad para supervisar esas tareas. No sobrevuela, cual “mosca cojonera”, sobre sus subordinados.
3. Explica a sus empleados con detenimiento los proyectos que tiene en mente.
4. Se preocupa del crecimiento personal y profesional de sus subalternos.
5. Anima a sus empleados a asumir riesgos y a salir de su zona de confort.
6. Trata con respeto a sus empleados (también cuando estos meten la pata).
7. No se atribuye méritos ajenos y se preocupa de felicitar a su equipo cuando las cosas salen bien.
8. Crea un ambiente positivo de trabajo en el que infundir respeto no se confunde con infundir terror.
9. Es una persona competente que conoce al dedillo su trabajo.
10. Apoya las acciones y las decisiones de sus empleados (y no reniega de ellos a la primera de cambio).
11. Pide a sus subalternos que aporten ideas y las escucha con atención.
12. Trata a sus empleados justamente y no tiene “favoritos”. Es imparcial en el trato que tiene con sus trabajadores.
13. Proporciona a sus empleados de manera constante un “feedback” de carácter constructivo.
14. Se las ingenia para inspirar a sus empleados.
15. Cuando tiene que aplicar reglas, las aplica con justicia.
16. Aprecia los esfuerzos de sus empleados y de sus labios sale con frecuencia la palabra “gracias”.
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