Una de las compras más esperadas en el mundo de las teleco, la de la empresa de cable Ono por la operadora Vodafone por 7.200 millones de euros,por fin se va a materializar tras la aprobación de la operación por parte de la Comisión Europea. “La Comisión ha llegado a la conclusión de que la operación no plantea problemas de competencia, ya que las actividades de las partes son en gran medida complementarias: la principal actividad de Ono está relacionada con las telecomunicaciones fijas, mientras que la actividad de Vodafone se centra principalmente en las telecomunicaciones móviles”, reza un comunicado realizado por la Comisión.
Según el organismo, aunque sí hay actividades en las que ambas empresas se solapan en una serie de mercados en los mercados de telecomunicaciones fijas y móviles en España, “los efectos de la operación en estos mercados pueden ser limitados, dado que la entidad resultante de la concentración va a seguir enfrentándose a la competencia de otros importantes agentes del mercado, por ejemplo, el operador histórico, Telefónica, y otros operadores como Orange y Jazztel”. Además, aunque la Comisión reconoce que la compra dará lugar a algunas relaciones verticales y de conglomerado en los mercados de las telecomunicaciones fijas y móviles en España, “en particular en relación con la prestación de servicios múltiples incorporados”, asevera que “la entidad fusionada no estará en condiciones de excluir operadores fijos o móviles de los mercados de servicios múltiples, debido a la disponibilidad de operadores alternativos y a las obligaciones reglamentarias en relación con el acceso al por mayor a servicios móviles y fijos”. En definitiva, en palabras de la Comisión, “la operación no obstaculizará de forma significativa la competencia efectiva en España”.
¿Qué pasará con los clientes de ambas empresas?
Una vez que la operación se cierre –desde Vodafone estiman que en unas dos o tres semanas– ¿qué pasará con los clientes de Ono y de Vodafone? Desde la empresa compradora aseveran que éstos “seguirán disfrutando de los mismos servicios que tenían contratados hasta la fecha y gozarán de las mismas líneas de soporte, servicio e información que venían utilizando habitualmente”. A corto plazo, añaden desde la operadora, no se producirán cambios en la organización.
Por otro lado, los equipos de ambas compañías comenzarán a trabajar en el diseño de una oferta comercial conjunta con el objetivo “de ofrecer a los clientes, cuanto antes, los servicios más completos de comunicaciones convergentes (voz, Internet y TV) sobre la infraestructura 4G de Vodafone, la red de fibra de ONO y la que está desplegando Vodafone”.
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