Sin embargo, el éxito no está necesariamente entreverado de talento. Para obtener, por ejemplo, el anhelado éxito como líderes un craso error jugárselo todo a la carta del talento.
Según un informe de The Leadership Quarterly, sólo el 24% de las habilidades de liderazgo son puramente genéticas. El 76% son habilidades que se aprenden y que no son deudoras, por lo tanto, de un don que se tiene o no se tiene.
Hay algunas cosas que pueden allanar el camino (inevitablemente fatigoso) hacia el éxito en el liderazgo y que no requieren ningún talento especial por nuestra parte.
Si quiere sacar músculo a sus habilidades como líder sin estar 100% a expensas del talento, implemente las acciones que recoge a continuación Inc.:
1. Haga lo que dice que va a hacer
Nada hay más irritante para los miembros de un equipo que un líder diga una cosa para a continuación hacer otra cosa totalmente distinta. Si bien quien ocupa una posición de liderazgo está ungido inevitablemente con una buena dosis de poder y autoridad, no significa que tenga carta blanca a la hora de comportarse de manera completamente inconsistente.
Cuando un jefe comete la torpeza de no hacer lo que previamente se había comprometido a hacer, su confianza queda irremediablemente carcomida y la desconfianza terminará tarde o temprano por aflorar en sus empleados.
Como humanos que son, los líderes no son en modo alguno ajenos a los errores, pero es de suma importancia que hagan lo posible para que no les endilguen (así como así) la etiqueta de personas que no se atienen a la palabra dada.
Una vez los líderes se quedan compuestos y sin confianza, es sumamente complicado que la recuperen.
2. Recuerde su principal misión como líder
Los líderes cargan sobre sus hombros con todo tipo de responsabilidades, pero ninguna es más importante que elevar a los demás (tanto a nivel profesional como personal).
Un buen líder debe apoyar a las personas a su cargo en el camino hacia el éxito.
3. Predique con el ejemplo
Quien está encumbrado a la cúspide del liderazgo es contemplado inevitablemente como un ejemplo. Y todos y cada uno de sus movimientos serán observados con lupa (lo quiera o no).
Al estar ineludiblemente en la picota (para bien y para mal), es importante que un jefe agasaje a sus empleados con comportamientos positivos dignos de ser emulados.
4. No se olvide de la ética en el trabajo
No hay atajos en el trayecto que conduce al liderazgo bendecido con el éxito. Si alguien quiere realmente metamorfosearse en un buen líder, deberá acometer el trabajo necesario para llegar donde desea llegar (sin dejarse en ningún caso la ética en el tintero).
5. Desprenda energía positiva
En un mundo dominado cada vez más por la negatividad el optimismo es como un oasis en medio del (lúgubre) desierto. En este este sentido, que un líder afronte con positivismo la larguísima pléyade de desafíos que tiene frente a sí constituye una invaluable ventaja competitiva.
6. Practique la escucha activa
Una persona que se toma la molestia de escuchar mantiene el contacto ocular con quien tiene enfrente y no le interrumpe bajo ninguna circunstancia mientras emergen palabras de su boca. Un buen líder debe aprender a utilizar sus dos oídos y no tanto la sin hueso (a la que debe dar tregua de vez en cuando).
7. Dialogue uno a uno con los empleados a su cargo
Un buen líder debe tomarse la molestia de sacar tiempo (de donde sea) para mantener reuniones (más o menos informales) con los diferentes miembros de su equipo y confrontarles como una pregunta tan simple como esta: “¿Cómo estás? ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?”.
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