Todos queremos influir en el comportamiento de los demás de una forma u otra. Sin embargo, a veces se llega a extremos en los que no solo se pretende ejercer influencia, sino también controlar. Es entonces cuando se ponen en marcha formas de manipularte sin que te des cuenta.
Estos mecanismos no son complejos o enrevesados. La mayoría de ellos corresponde a conductas cotidianas que pasan desapercibidas. Precisamente por eso son tan problemáticos, porque están ahí sin que lo notes.
“El instrumento básico para la manipulación de la realidad es la manipulación de las palabras. Si tú puedes controlar el significado de las palabras puedes controlar a la gente que utiliza esas palabras”.
-Philip Dick-
En casi todas ellos, se acude al contagio o la provocación de las emociones básicas como el miedo, la ira o la simpatía. Te manipulan despertando esos sentimientos y emociones en ti, sin que haya una razón real para ello. Por eso es bueno conocerlos e identificarlos. Estas son 7 formas de manipularte sin que te des cuenta. ¿Estás preparado para conocerlas?
1. Culpar, una forma de manipulación silenciosa
La culpa es una emoción que puede llegar a ser muy intensa y puede provocar actuar de forma poco razonable. Origina una sensación displacentera porque básicamente enfrenta al individuo con un código de ética o unas costumbres que acepta y valora. En otras palabras, lo enfrenta consigo mismo.
Te manipulan a través de la culpa cuando otros se apropian del derecho de juzgar tu comportamiento y definir si lo que haces es bueno o malo. Cuando no se tiene criterio propio, caer en ese juego es muy fácil. De este modo, logran que digas o hagas algo que quizás solo beneficia a otros, pero que a la vez tú mismo ves como un beneficio, pues te libra del sentimiento de culpa.
2. Hacerte sentir inseguro
La inseguridad es otro de esos sentimientos que muchas veces son aprovechados por otros para manipularte. Se trata de situaciones en la que el otro detecta debilidades en tus convicciones, o en tu amor propio, y se aprovecha de ellas en su beneficio.
Las críticas negativas a lo que haces o dices, las ridiculizaciones o las descalificaciones son formas de manipularte, gracias a la inseguridad. También ocurre cuando buscan confundirte. Vuelven complejos tus errores simples, o te hacen creer que ellos saben más que tú, acerca de ti mismo.
3. Compadecer
Hay quienes hacen de la victimización su principal herramienta para manipular a los demás. Se presentan, muchas veces sin ser conscientes de ello, como alguien frágil o en estado de carencia. Pretenden con ello despertar la compasión en el otro y dar origen a un sentimiento de culpa.
Ese plantearse como alguien con permanente necesidad de ayuda y consideración por parte de los demás, es una de las formas de manipularte sin que te des cuenta. Terminas actuando porque te da pena del otro, sin darte cuenta de que has caído en una red en la que están controlando tu conducta.
4. Alimentar el narcisismo
No siempre hay que creer en los halagos. A veces la intención de estos no es destacar realmente tus virtudes, sino doblegar tus defensas y tu voluntad para que seas más manipulable. Quien te halaga se gana tu buena disposición, pero muchas veces no lo hace con buenas intenciones.
El mejor antídoto contra esto es conocerse bien a uno mismo. Nadie conoce mejor sus fortalezas o debilidades que uno mismo. Esto lleva a que esas efusivas manifestaciones de admiración o de halagos no te tomen por sorpresa, ni te “ablanden”.
5. Intimidar sutilmente
Para intimidar a otro no es necesario gritarle o lanzarle amenazas directas. Los manipuladores son expertos en sembrar miedo en otros, muchas veces de forma imperceptible. Simplemente se trata de anunciar, sutilmente, peligros frente a determinados comportamientos.
Te manipulan, por ejemplo, cuando te dicen que “debes” actuar de determinada manera, o corres el riesgo de que ocurra cierta situación indeseable. Aparentemente están apelando a la razón, pero en el fondo solo buscan condicionarte a través del miedo.
6. Crear discordias falsas
Las personas que crean discordias por todo, casi siempre están manipulándote. Son aquellos que por temas mínimos se encienden y se ofuscan. Terminan haciéndo creer a los demás que deben ser tratados de forma especial, a cambio de tener conflictos a cada rato.
Este tipo de personas te manipulan porque de este modo logran que muchos se abstengan de hacerles un reclamo, o señalarles alguna falla. Los demás terminan creyendo que son ellos y no esa persona, quienes tienen la responsabilidad por los conflictos. El manipulador termina siempre saliéndose con la suya.
7. Hacerse el tonto
Se hacen los tontos aquellos que fingen una deficiencia que en realidad no tienen. Son los que delegan el trabajo fuerte en los demás, porque “ellos lo hacen mejor”. O sea, recargan a otros y ellos quedan libres y tranquilos, supuestamente porque “son peores que los demás”.
También te manipulan cuando pretenden hacerte creer que no entienden lo que dices, no comprenden las consecuencias de sus actos o no se sienten involucrados en un problema que les compete. De esta manera, se abusa de los demás, casi siempre de manera impune.
Todas estas formas de manipularte son nocivas tanto para ti, como para quien las ejerza. Solo dan lugar a vínculos falsos y abusivos. Bajo ninguna circunstancia se deben tolerar, porque de ello no sale nada bueno.
Un artículo escrito por Edith Sanchez y, recibido vía: Vallebro.com
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