¿Te he contado alguna vez que el éxito de una organización y por supuesto el tuyo propio, se fundamenta en el orden?…
Un orden integral en los espacios, los procesos, la forma de organizar el trabajo y por supuesto en la habilidad de liderarte a ti mismo.
Un orden que será tu gran aliado para alcanzar esa mejora y productividad que deseas.
Y para ordenar cualquier cosa; un espacio, un proceso o tu propia mente; siempre, siempre, siempre, tienes que empezar eliminando lo que sobra.
No es válido ponerte a ordenar sin antes desprenderte de lo que no te aporta valor. Sencillamente, no funciona.
Lo máximo a lo que puedes aspirar si no tienes en cuenta esto, es a un orden superficial que no podrás sostener en el tiempo.
Si ordenas sin antes eliminar, volverás a la situación anterior en cuestión de días y te invadirá una desagradable sensación de frustración.
Así que si estás decidido a incorporar el orden y la organización en tu día a día grábate esto:
Antes de ordenar dedícate a desprenderte de todo lo que no te aporta valor
Si te comprometes con esto, tendrás el éxito mucho más cerca de ti.
¿Te animas?… Déjame antes que te puntualice un poco más sobre el orden en cada uno de los bloques que yo considero esenciales:
1. Orden en tus espacios
Ante cada una de las cosas que te rodean, pregúntate: “¿Esto es necesario o no?”
O lo que es lo mismo: ¿Esto es útil o no?… ¿Me sirve o no me sirve?…
El término ‘útil’ no significa únicamente funcional.
La belleza, por ejemplo, es imprescindible para vivir bien. Así que aquello que te alegra la vista y hace que tu entorno sea más agradable, por supuesto manténlo aunque no tenga una función puramente práctica.
Por el contrario, déshazte de todo lo que no te sirve para nada ni despierta en ti sensaciones agradables.
Sólo cuando te hayas liberado de lo que no te es útil o no te aporta valor, deberás continuar ordenando. ¿Qué sentido tiene ponerse a ordenar cosas que no te sirven?...
2. Orden en tus procesos
El mismo criterio es el que tienes que seguir cuando quieras ordenar un proceso.
Ante cada uno de los pasos para desarrollar una tarea, pregúntate: “¿Esto que hago aporta valor o no?”
Debes prescindir de todos los pasos que no aportan valor a la actividad que estás realizando y centrarte en ordenar de la forma más coherente posible los que sí lo aportan.
En eso se basa la verdadera eficiencia de procesos.
No se trata de ir más deprisa sino de conseguir el resultado final en menos tiempo porque te has librado de tareas absurdas.
3. Orden en tu mente
Ordenando tus espacios y tus procesos conseguirás ordenar tu mente ya que no es posible ordenar fuera sin ordenar antes dentro.
Al preguntarte con detalle y atención ante cada cosa o ante cada etapa de una actividad si quieres mantenerla, estás haciendo un ejercicio mental de selección y decisión que te ayudará a despejar tu mente.
Este es el orden mental como consecuencia del orden en tus espacios y en tu forma de trabajar.
Ahora bien, hay un nivel más de orden interior que puedes alcanzar.
Es el orden en tu ‘sistema de explicaciones’ que es lo que determina que interpretes lo que sucede a tu alrededor de una forma u otra.
Es esencial no tener esta parte de ti ‘patas para arriba’ pues es precisamente tu forma de interpretar la realidad, lo que determina tus reacciones.
Para poner este sistema en orden, como siempre, antes tendrás que eliminar algo. ¿El qué?… Pues en este caso, creencias limitadoras que te alejan de tus objetivos.
La pregunta ahora ante un bloqueo que te impide actuar es:
¿Esta creencia me sirve para conseguir lo que quiero o no me sirve?
Este es un viaje largo, el más largo de todos, pero lleno de paisajes alucinantes que nunca antes has visto; te lo garantizo. Otro día te hablaré de ello.
Hoy deseo que te quedes con la idea esencial de que el orden es la base sobre la que asentar cada uno de tus objetivos. Y que ese orden empieza, siempre,aligerando equipaje. Ese es el secreto.
Abriendo la mente y el corazón descubrirás cómo el orden puede llegar a ser tu mejor aliado.
Nos seguimos viendo por aquí cuando quieras, en los comentarios por supuesto para seguir la conversación y en mi web cuando te apetezca.
Un artículo escrito por Eva Escuer
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