Trabajar en la empresa no significa ponernos delante de la pantalla del ordenador y estar ocho horas sin levantar la cabeza. Las pausas controladas en el trabajo nos ayudan a mejorar la productividad. Lo interesante es tener el control sobre dichas pausas, hacerlas cuando a nosotros nos interesa y no confundirlas con las interrupciones del trabajo.
Porque una pausa la efectuamos cuando a nosotros nos interesa, por lo general, en la finalización de una tarea concretar. De esta forma la pausa nos ayuda en dos sentidos. Por un lado evitamos la fatiga visual, de estar constantemente mirando la pantalla. Es importante que esta pausa sirva para relajar al vista y dejar de mirar nuestro monitor. Si queremos relajar la vista no es la mejor opción utilizar la pausa para consultar nuestro smartphone.
En este sentido si trabajamos delante de un ordenador es importante parar cinco minutos por hora trabajada. Si además aprovechamos esta pausa para levantarnos y estirar un poco piernas, realizar algún ejercicio de cuello, etc. evitamos el cansancio que poco a poco se va acumulando a lo largo de la jornada laboral.