jueves, 20 de noviembre de 2014

Te propongo una vida más saludable

Todos los que trabajamos desde nuestras casas debemos prestar especial atención al tema movimiento. Sin querer, cada día llevamos una vida más sedentaria.  Si bien podemos organizar nuestra jornada diaria con más libertad, esto no es sinónimo de que la organicemos “con calidad” para nuestro bienestar físico.
En realidad, debemos luchar con dos tendencias algo complicadas de modificar. Una de ellas es que hemos creído que por ser nosotros los que organizamos nuestra jornada laboral, lograríamos trabajar menos horas y dedicar más tiempo a nuestra vida familiar y ocio. Pero… no ha resultado así. No sé vosotros, pero yo cada dos por tres me encuentro trabajando los siete días de la semana, al intentar reducir las horas de trabajo en la semana, pues no queda otra que hacerlo en fin de semana.
Pero lo que me preocupa aún más es el otro inconveniente: el sedentarismo. Si os fijáis, los días los pasamos entre estar sentados frente al ordenador, sentados hablando por teléfono, sentados frente a la tele y luego a la cama. Y así, semana tras semana.
He escuchado a muchos de mis amigos estar fastidiados por esos kilitos de más que no se pueden sacar de encima. Es que no sólo se trata de la falta de ejercicio sino que, trabajando desde casa, son muchas las facilidades para visitar la nevera.
Asi es que hoy he pensado en que recordemos juntos los beneficios del ejercicio físico para nuestra salud.
Todos sabemos lo que aporta  a nuestra parte física, pero en esta ocasión hablaremos de los beneficios psicológicos que el ejercicio nos proporciona, que por otra parte no solemos escucharlo con tanta frecuencia. Sin embargo, está comprobado que el ejercicio también beneficia la salud mental y emocional, otorgándonos un gran bienestar.
Cuando realizamos ejercicio físico actuamos sobre nuestro cuerpo y esto se expande en nuestro ser a nivel químico, energético, emocional e intelectual.
Con la práctica del ejercicio que cada uno elija logramos liberar la tensión acumulada, y de esta manera disminuir el estrés, alejando así la ansiedad, la depresión y los síntomas de irritabilidad y mal humor que ésta nos produce.
También aumentamos el flujo de oxígeno al cerebro lo que repercute en una mejora de la capacidad de aprendizaje, concentración, memoria y el estado de alerta.
El ejercicio repetido nos permite alcanzar nuevas metas, lo que hace aumentar la confianza en nosotros mismos y desarrollar un espíritu de superación en los demás aspectos de la vida.
Y quien no ha escuchado hablar de la liberación de endorfinas que se produce al hacer ejercicio. Estas hormonas son las que producen la sensación de placer y euforiadespués de una prolongada caminata a paso firme.
La actividad física nos distrae de las preocupaciones al brindarnos diversión y al mismo tiempo logramos un estilo de vida más saludable.
El juego y el deporte son elementos fundamentales de la conducta motriz, además de ser factores de actividad física, constituyen un entramado de relaciones sociales que contribuyen al equilibrio personal, pues fomentan las relaciones interpersonales ya que son utilizadas como un medio de adecuación e inserción social.
Y ahora ¿Qué me dices? ¿Estás dispuesto a dedicarle a tu cuerpo una horita diaria para mimarlo? Hazme caso, y ya me contarás si ha valido la pena. Te espero.

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