Cuando de una persona se dice que “es muy organizada”, ¿qué se está diciendo realmente de ella? ¿Existe una única forma de “ser organizado” o hay varias? Ser una persona organizada y ser una persona ordenada, ¿significa lo mismo? ¿Se puede comparar el nivel de organización de distintas personas?
Afortunadamente, todas estas preguntas tienen respuesta. Una persona es organizada cuando cuando guarda sistemáticamente las cosas en función del significado que tienen para ella. Por ejemplo, si dejas lo que no te sirve para nada, ni te puede ser útil, en algún sitio distinto de la papelera o el cubo de basura, entonces eres una persona desorganizada. Si no guardas la información que necesitas para hacer una llamada telefónica de tal forma que esté fácilmente accesible a la hora de hacer esa llamada telefónica, entonces eres una persona desorganizada.
En general, las personas organizadas no necesitan invertir tiempo extra en encontrar lo que necesitan para hacer algo, ya que antes de guardarlo piensan en qué circunstancias van a poder necesitarlo y actúan en consecuencia. Lo anterior no es un juicio, sino la simple realidad. Si quieres gestionar lo que tienes que gestionar de forma eficiente y sin esfuerzo, entonces deberásguardar las cosas en función del significado que tienen para ti.
Los criterios de organización los define cada persona. En ese sentido, no existe una definición universal de “persona organizada”. Ningún criterio es mejor que otro ya que el significado que distintas personas pueden dar a una misma cosa puede ser distinto. Una consecuencia de esto es que la organización carece de un aspecto uniforme. Si una persona decide arrinconar un montón de cosas en un rincón de una habitación, porque todas ellas tienen en común que son cosas sobre las que no se quiere tomar una decisión en este momento, esas cosas están organizadas para esa persona. Lo que no sería organización es si en ese mismo rincón de la habitación se mezclaran cosas que son para tirar, con cosas con las que ya se ha decidido hacer algo y con otras sobre las que aún no se ha decidido nada.
Consecuencia directa de lo anterior es que orden y organización son cosas distintas. Tener los libros de la estantería ordenados por tamaño es orden; tenerlos por temática o por frecuencia o tipo de uso es organización. Esto es así porque el tamaño no influye en el significado mientras que la temática sí. Asimismo, limpieza y organización son cosas distintas. La limpieza tiene que ver con la higiene y, en menor medida, con la estética, pero no con la eficiencia. Se puede ser una persona limpia y ordenada y, a la vez, un auténtico desastre organizativo. Y viceversa. Lo anterior es importante tenerlo en cuenta porque no son pocas las personas que son tenidas por caóticas o desordenadas cuando, en realidad, cuentan con un buen sistema de organización.
La clave para ser una persona organizada reside en desarrollar el hábito de establecer relaciones entre significados y ubicaciones. La “basura” en un sitio, la “información” en otro, las “posibilidades” en otro, las “cosas que espero de otros” en otro y así sucesivamente. Uno de los motivos por los que la “lista única” que usan muchas personas es tan poco útil es porque la “lista única” es una lista desorganizada, ya que en ella suelen convivir una gran variedad de cosas con significados diversos.
Otro elemento importante de la organización es la accesibilidad. No solo es importante que las cosas con significados semejantes se encuentren en una misma ubicación, también es importante que esa ubicación resulte fácilmente accesible cuando es preciso acceder a ella. Si varias veces al día tienes que recorrer un largo pasillo para ir a consultar documentación de uso frecuente, eres una persona desorganizada, por mucho que tengas toda esa información guardada en un único sitio.
El resumen de todo lo anterior es que la organización consiste en guardar las cosas de tal forma que:
a) su ubicación guarde relación con su significado y
b) sea fácilmente accesible cuando se la necesita
b) sea fácilmente accesible cuando se la necesita
Porque, a diferencia del orden, que tiene que ver con la estética, y de la limpieza, que tiene que ver con la higiene, la organización tiene que ver únicamente con la eficiencia.
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